27 años de sonrisas y 27 de carcajadas.
No se me olvida, que es su sonrisa, sus dichos irónicos, su sarcasmo en el momento justo, lo que han definido cada año vivido.
No se me olvida, esas manitas que sujetaban con fuerza sus sueños, su perseverancia a pesar de no conseguir siempre resultados, su cabeza pensativa llena de intuición y también desesperanza.
No se me olvida su olor a verdad y el caoba de sus rizos cuando entraba el sol por la ventana. Ni sus pies bailarines y su cuerpo lleno de ritmo, sus miedos, sus nervios, su necesidad de salir corriendo.
No se me olvida el Atlántico de distancia, ni el mar Mediterráneo que nos separa.
No se me olvida tu fuerza, tu lucha, tu caer y levantarte. La tensión de tanta impotencia, de tanto esfuerzo.
Pero la vida pone cada cosa en su lugar y tu tesón es como la roca que aguanta, impertérrita, los latigazos de las tormentas y las erosiones de los vientos hasta que el temporal se disipa y vuelven las aguas mansas.
Yo, hoy, me quedo con tu sonrisa, con tus ojos curiosos, tu verborrea sarcástica, tu cuerpo bailarín y ese corazón plagado de melodías y de ternuras.
Me quedo con tu manera de querer, tu manera de sentir, tu manera de sufrir.
“Abuelo ¿por qué somos del Atleti?”, con tus colores, tus brothers, tus birras, tus viajes, tus gatos, tu gente y en un pequeño pero impenetrable lugar, tu mami.
Y es que, sólo sabes amar desde lo más profundo del alma. Sin medias tintas. En las distancias pero sin ausencias.
Cada año que cumples, eres más genuina, un hueso más duro de roer y esto no ha hecho más que empezar. De aquí en adelante, mi géminis preferida, vas a centrarte en ser feliz, en sonreír mucho y a menudo, de no perder la esperanza y de acabar todo aquello que has empezado. De aquí en adelante, vas a llorar pocas veces y a abrazar muchas. De aquí en adelante vas a conseguir disfrutar tu tiempo y tu vida, elegir el momento y las personas que van a sumar en tu vida.
Solo espero que sonrías a carcajadas y que yo pueda verlo.
Te mereces todo lo bueno que la vida te regale.
No se me olvida, que es su sonrisa, sus dichos irónicos, su sarcasmo en el momento justo, lo que han definido cada año vivido.
No se me olvida, esas manitas que sujetaban con fuerza sus sueños, su perseverancia a pesar de no conseguir siempre resultados, su cabeza pensativa llena de intuición y también desesperanza.
No se me olvida su olor a verdad y el caoba de sus rizos cuando entraba el sol por la ventana. Ni sus pies bailarines y su cuerpo lleno de ritmo, sus miedos, sus nervios, su necesidad de salir corriendo.
No se me olvida el Atlántico de distancia, ni el mar Mediterráneo que nos separa.
No se me olvida tu fuerza, tu lucha, tu caer y levantarte. La tensión de tanta impotencia, de tanto esfuerzo.
Pero la vida pone cada cosa en su lugar y tu tesón es como la roca que aguanta, impertérrita, los latigazos de las tormentas y las erosiones de los vientos hasta que el temporal se disipa y vuelven las aguas mansas.
Yo, hoy, me quedo con tu sonrisa, con tus ojos curiosos, tu verborrea sarcástica, tu cuerpo bailarín y ese corazón plagado de melodías y de ternuras.
Me quedo con tu manera de querer, tu manera de sentir, tu manera de sufrir.
“Abuelo ¿por qué somos del Atleti?”, con tus colores, tus brothers, tus birras, tus viajes, tus gatos, tu gente y en un pequeño pero impenetrable lugar, tu mami.
Y es que, sólo sabes amar desde lo más profundo del alma. Sin medias tintas. En las distancias pero sin ausencias.
Cada año que cumples, eres más genuina, un hueso más duro de roer y esto no ha hecho más que empezar. De aquí en adelante, mi géminis preferida, vas a centrarte en ser feliz, en sonreír mucho y a menudo, de no perder la esperanza y de acabar todo aquello que has empezado. De aquí en adelante, vas a llorar pocas veces y a abrazar muchas. De aquí en adelante vas a conseguir disfrutar tu tiempo y tu vida, elegir el momento y las personas que van a sumar en tu vida.
Solo espero que sonrías a carcajadas y que yo pueda verlo.
Te mereces todo lo bueno que la vida te regale.
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