LA BÚSQUEDA INSACIABLE DE LO DESCONOCIDO

Con sol,frío, lluvia o nieve, todos los viernes del año, caminaba despacio, vagando entre los viandantes, tratantes de ganado y lugareños comerciando con sus cosechas de verduras y frutas. Y cada viernes, se mezclaba entre la gente, se empapaba con sus olores, observaba la algarabía de los mercados ambulantes y las sonrisas de las mujeres y hombres ultimando sus compras, sintiendo tal empatía con sus semejantes que sucumbía a sus estados de ánimos, unos eufóricos, otros neuróticos, muchos condenados a la monotonía y algunos asqueados de la vida. Algunas veces robaba alguna sonrisa furtiva que le conducía a la mayor de las ternuras o encontraba una mirada que le transportaba a un mundo de sueños inalcanzables y maravillosos. Pero la impresión era fugaz, como una gota de agua en un océano, como una brizna de arena en un desierto. Y aunque siempre pasaba desapercibido, cada viernes, se encontraba más acompañado allì,que en cualquier otro lugar. Apreciaba los olores a especias que tanto le recordaban a su hogar, se deleitaba observando los tenderetes llenos de color y de flores, el calor del ganado y las vidas de tanta gente pululando por doquier en busca de cosas inservibles. Cachivaches, cuyo único fin es el capricho de poseer algo banal y tan insustancial, como el caminar sin destino por aquellas angostas calles. Permanecía revoloteando, apurando desesperadamente hasta la última mirada que le condujera a otros pensamientos, hasta que las calles se vaciaban y el eco de las pisadas del último buhonero se perdían entre el susurro del viento. Entonces escuchaba la voz del silencio, el murmullo del mar, el graznido de las gaviotas y volvía a su acantilado,deleitando con sigilo cada una de las experiencias que había sentido, imaginando ser él o ella,volviendo a renacer en cada nuevo pensamiento,esperando la llegada del próximo viernes. Durante los seis días siguientes recorrería los senderos y se cruzaría con algún ermitaño o trashumante. Seis días imbuido en sus especulaciones, las mismas que le llevaron a esta situación.El alquimista más respetado. Su reputación traspasó el gran océano púrpura y desde allende del horizonte, llegaron chamanes y sultanes para aprender su ciencia esotérica.Decían que había descubierto el secreto de la piedra filosofal. Algún tiempo atrás le gustaba pensar que descubrió la transmutación de la materia y experimentar su ciencia, pasar desapercibido y encontrar la paz en el planeo del ave, o la sensación
de libertad bajo las aguas. Pero los días sucedieron a los meses y éstos a los años y el alquimista se perdió bajo la nebulosa de sus nuevas vidas. Ahora sus huesos sienten el frío del silencio y no son capaces de encontrar al hombre. Necesita sencilla y fervientemente ser oído y escuchado y por eso valora más que mil panaceas universales, la complicidad de una mirada que mantenga viva su esperanza. La luz que le convierta en visible, el momento furtivo, en el que pueda ser visto otra vez y escuchar el sonido de su nombre.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
:o Este relato me ha tocado en especial Eli. Siempre que me preguntaban de niña qué quería ser respondía que alquimista. Luego me puse a estudiar y ahí se torció todo jajajaja! Aunque de pequeña pasé mucho tiempo con gente que se dedicaba al mundo de las hierbas medicinales, me enseñaron a elaborar ciertos unguentos con las 12 sustancias básicas y todo eso (todos tenemos un pasado que poquitos conocen jejeje);) Con el tiempo te das cuenta de que curarte tú misma el alma tiene sus ventajas...pero que te la curen otros y curársela a otros es maravilloso :) Y abandonas los bosques para bajar a la urbe.
La piedra filosofal...me ha recordado aquel fragmento de canción :"la piedra filosofal que yo busqué cada día...y aún no he podido encontrar, quizás porque ya no exista".
Sea como sea la soledad
de los sabios es su estigma, una pesada condena que acompaña al ermitaño, al peregrino que ya a acumulado demaisado saber.
Ya ves, a veces tenemos tantos remedio y no hayamos el antídoto para algo tan simple como la soledad. Confío en que encontrará el ingrediente secreto, en que alguien se detendrá a mirarle a los ojos,a descubrir antiguos secretos a través de sus labios.
Yo por mi parte voy a reemprender la tradición de recorrer esta clased de mercados...si me cruzo con él le hablaré de un ángel que conozco y que escribe relatos magníficos...seguro que quiere conocerte :)!!!
Te adoro mi Hada!!! Muchas gracias por TODO!!!
Un beso enorme Eli!!!
PD: Creo que tú también tienes algo de Bruja...la elaboración de tus relatos muchas veces es mágia :)
Ehse ha dicho que…
Es curioso, en la búsqueda desesperada de algo acabar perdiéndose a uno mismo, y a la vez darse cuenta también de que no existen anclajes que te ayuden a volver a ser quien eras, y tener que aferrarse desesperadamente a cualquier cosa que te ayude a dar un pasito más, a volver a saber quién eres y cómo te llamas.

Me ha gustado también mucho la primera parte, la de esa empatía radical y al mismo tiempo tan efímera.

Un abrazo!
Historias entre Fogones ha dicho que…
Gracias mi Favole mAravillosa por tus comentarios. Todos los que nos rodeamos de un halo de magia , compartimos la ilusión y la esperanza de que la vida es algo más que comer, trabajar,dormir y seguir caminando.....
Y tu eres un claro ejemplo de ello.
Óscar Sejas ha dicho que…
Todos soñamos en cierta manera con vivir otras vidas, pero una cosa es vivirlas y otra sufrirlas.

Hay personas a las que llaman altamente sensibles que se contagian del estado de ánimo y de todo lo que les rodea, ya sea feliz, triste o ambas cosas a la vez.

Supongo que esas personas al final se sienten un poco desposeídas de sí mismas porque realmente viven cosas que no les pertenecen. Que no son suyas y se ven "condenadas" a estar siempre en constante búsqueda, tratando de encontrar algo o alguien que le recuerde que una vez tuvieron un nombre. Esto también tiene sus ventajas: vivir muchas vidas y empatizar con otros te da la oportunidad de aprender. Aunque a veces el saber te llene de infelicidad...

Un abrazo.
Historias entre Fogones ha dicho que…
Precioso tu comentario Oscar, te echaba de menos.
Un abrazo enorme!!!!
Historias entre Fogones ha dicho que…
Eshe me alegro mucho que te haya gustado mi relato. Siento la tardanza pero no he podido responder antes, si el día tuviera unas 27 horas más.......
Y como tú creo que la empatía es un sentimiento especial y a veces demasiado efímero.........
Un abrazo muy fuerte y gracias por tus comentarios.