La melodía de los pájaros, ilumina el claro del bosque. La brisa, como un tintineo de cascabeles, serpentea entre los árboles. Olores a menta, jazmín y lilas evocan los pasajes màs felices de su niñez. Pero no es el momento de recordar, ni de anclarse en el pasado. Ahora no se puede parar y continuar acomodado en aquel valle, encaramado y protegido entre las montañas. Hay que avanzar, dejar atrás las melodías, los olores y los colores que tanto le han acompañado. Hay que caminar hacia delante, hay que cruzar el puente. Dicen, que al otro lado le esperan sus sueños, aletargados hasta ahora en este valle.Cuentan, que el momento mas difícil, es justo a mitad del recorrido, donde no escuchas ya los trinos de los pájaros, ni sientes los olores, ni percibes el aire serpenteando entre los árboles. En ese momento, te inmoviliza el miedo a lo desconocido. La soledad y el pánico a equivocarse penetran en cada poro de su piel. Aparece un deseo incontrolable de desandar el camino.Es en este crucial instante, cuando uno se pregunta ¿cómo quiero mi futuro? vuelve la vista hacia el valle,tan escondido como seguro. De nuevo echa la vista hacia delante, observa el final del recorrido y es consciente que si retorna a su lugar de confort y seguridad, vivirá siempre con una quimera que se inflará hasta que el globo de ilusiones y esperanzas explote, sin saber nunca, si todo aquello estaba tras el recodo de aquel puente. Probablemente, allí esté su futuro, y comienza a caminar y cada pensamiento positivo es un canto a la esperanza, es otro paso, otro y otro....Dicen que según avanzas el miedo desaparece, ahora el eco de los pájaros es màs nítido. Cada inapreciable avance es una abertura hacia el sueño tornàndose en una realidad, es la motivación por conseguir lo imposible. Y por primera vez, en medio de aquella senda de madera y piedras, comienzas a imaginar que no hay nada inalcanzable. Y siente la fuerza de creer en uno mismo y los cortos pasos del inicio se convierten ahora en zancadas, cada vez mas grandes, mas seguras y aquel sueño, ahora, lo puede tocar con sus manos, lo siente entre sus dedos. Un momento, una mirada, una canción, una sonrisa o un llanto, una palabra de ánimo, un beso pasional,un abrazo, todo se reduce a cargar la mochila de sentimientos auténticos. Sin apenas darse cuenta, ha llegado al final del puente y un reflejo de luz ilumina el recodo. Es entonces cuando recuerda aquella frase y aquellos ojos tiernos y màgicos: " Las cosas más bellas no se ven, no se tocan, tan sólo se sienten en el corazón, se recuerdan y se añoran a través del tiempo. Y estas pequeñas cosas, a veces nimias, a veces casi intangibles te otorgarán la fuerza necesaria para cambiar".
Y Con este último pensamiento fluyendo por sus venas, dobló el recodo.
Comentarios
La osadía de atreverse a llegar hasta el final tiene sus ventajas.
Un abrazo!
No saber si todo saldrá tal y como lo esperamos es algo que provoca inquietud pero a veces las cosas salen incluso mejor de lo que uno planea. No hay nada que perder y siempre mucho que ganar. Adelante, hacia delante siempre. Otros irán siguiendo la senda que dejes y te ayudarán si de repente tropiezas.
Fuerte abrazo. Disculpa la tardanza, últimamente estoy perdiendo la noción del tiempo y casi del espacio.
Abrazos grandes.