En estos tiempos que corren, donde la desidia se apodera de la gente y el miedo a perder por lo que se ha luchado malvive en nuestro día a día. Donde los jóvenes no tienen porvenir y los viejos no disfrutan del descanso. Donde la gente ha perdido la confianza en nada y en nadie, yo, tengo un sueño, una fe ciega en un gran movimiento.
Sueño, con un océano en calma, pero solo en la superficie. En sus profundidades deambulan inmensos remolinos,cada día más desenfrenados, más extensos. Movimientos de hombres y mujeres a pie, rubios, morenos,ricos, pobres,longevos o jóvenes adultos que conforman nuestra idiosincrasia, que creen en el ser humano, en su forma de pensar y de vivir. Gentes que respetan y son respetados, que emocionan y lloran, pensamientos libres en mentes abiertas que se enriquecen con otras ideas. Un movimiento de seres capaces,tolerantes, que conforman milagrosas cadenas de favores, que juegan al trueque de corazones y de intelectos, compartiendo saber y experiencia.
Un movimiento de generosos anónimos que dan todo lo que tienen y abiertos a recibir todo aquello de lo que carecen. Un lugar que se fortalece incluso con todo aquello que repele, como extremistas ideologías que persiguen personalidades y credos diferentes.
Un océano de personas dignas, luchadoras, capaces de convivir con pequeños obstáculos y volar por encima de los enormes muros que no nos permiten reconocer la verdadera fuerza. La supremacía de las cosas sencillas, de tantos momentos compartidos. Un poder que nos permitirá sacar el remolino a la superficie y convertirlo en un tsunami de conocimientos y corazones, de diversidad, generosidad y respeto.
Un océano en calma pero en constante movimiento, corriente de millones de convicciones y de principios, donde no se reza ningún credo, ni se milita en ninguna ideología, porque para provocar una sonrisa o fortalecer a un espíritu roto tan solo hay que tender la mano y confiar en el otro.
Por todo esto creo, en todos nosotros, en los que nos damos la mano y apretamos con fuerza, en los que decimos, "aquí me tienes, ¿Qué necesitas?". Somos un movimiento rico, interminable, independiente y en la diversidad radica nuestra autoridad.
Algún día, seremos conscientes que no necesitamos más, que nuestras manos nos mantienen a flote y nos convertiremos en ese Tsunami que arrasará, por fín, prepotencias, intereses y primas de riesgo. Un tsunami de grandezas personales, riquezas intelectuales, corazones generosos que anegarán la sociedad que hemos dejado crear a unos pocos.
Y este es mi sueño que hoy comparto con vosotros.
Quien sabe si algún día seremos ese movimiento que emergerá de nuestras propias cenizas.
Esta entrada está especialmente dedicada a personas que me inspiran y me reconfortan con su sabiduría y su juventud..... Especialmente, gracias a Oski y Favole.
Comentarios
Para mi es un placer que alguien tan generoso y con tanta sensibilidad como tú se emocione o se inspire en algo que yo pueda crear o hacer eso me indica que estoy por el camino correcto y que debo seguir por ahí. Gracias Ely una vez más, por tantas cosas, creo que nunca seré capaz de devolverte ni la mitad de las fuerzas que me has dado, ni la mitad de las sonrisas.
Al igual que tú creo que todo cambiará porque el ser humano puede ser un tsunami si se lo propone, es tan sencillo como dar la mano a otro, caminar a su lado, beber de sus experiencias y compartir las tuyas. El mundo no lo mueve el dinero, ni lo material pero la mayoría de las personas se dan cuenta demasiado tarde. Creo que las grandes crisis sirven para que la gente valore más otras cosas, un abrazo, una caricia, conocer algo que antes se desconocía. Empezar a creer en sus sueños.
A mi España por mucho que digan los mercados no me genera ninguna desconfianza. He conocido personas que le han dado y dan sentido a todo y se que esas personas conseguirán que el mundo siga girando por mucho que otros se empeñen en detener su movimiento. Mientras haya gente como tú o como Favole yo viviré tranquilo sabiendo que la paz existe en algún sitio.
Un fuerte abrazo.
No puedo decir mucho más, solo que gracias.
Creo que no solo compartimos el mismo sueño, sino que además vivímos sabiendo que existe de verdad lo que soñamos. Ignoro si somos muchos o pocos los que sentimos dentro el ansía del cambio, el tsunami y, como bien apuntas, la necesidad de una cierta calma también...No sé si somos muchos...pero sé que somos demasiados y que "no podrán pasar por encima de la vida que queremos heredar".
Te quiero muchísimo Eli!!!
Y aunque el mundo entero cambie tú no cambies nunca, y nunca me faltes.
Mil besos preciosa, de intelecto a intelecto y de corazón a corazón!!! :)
Excelente el tema que has elegido, su desarrollo impecable, su contenido.
Un placer haber dado con tus letras.
Un saludo.