UN PÁLPITO

Aquellos últimos meses, la voz sonaba más fuerte que nunca, era casi constante.
Comenzó susurrando tal o cual cosa:"deberías marcharte de aquí"; "Cuidado con la escarcha"; "coge otro coche"....Frases absurdas, sin ningún sentido. No supo muy bien, en qué momento, a la voz le acompañó una inquietud. En alguna parte de sus pensamientos, los lamentos insistían sin sentido, frases cada vez más abstractas que impregnaban a la atmósfera de un misterio alarmante. No les escuchaba, tan solo les intuía, con recelo: "hay mucho dolor"; "cuidado con la mochila".En esos instantes rechazaba la idea de escuchar a su intuición. Casualidades que se apoderaban de una consciencia inflada como un globo de miedos, oscuras predicciones que tan solo existían en una imaginación desbordante.
La conversación con Adriana no le tranquilizó. Sí, era una gran profesional. Claro, que había tratado casos verdaderamente serios. Por supuesto que confiaba en su buen hacer y en su mejor escuchar. Los años en la facultad de Psicología en Oxford y su mención especial eran una inmejorable carta de presentación. Pero esta vez, su queridísima amiga, colega, su carpe diem, su paño de lágrimas no hizo desaparecer todos los recelos, ni entendió sus sospechas.
Recordó aquella noche. Agonizaban los últimos días de un invierno frío, devastador.A pesar de su muerte anunciada, recordaba su presencia con noches como ésta.
Frente a la chimenea, transcribió cada frase, nombre, número que memorizó. Escuchó el fuego, como si fuera un oráculo. Intentó concentrarse en su calor, en su contoneo, en su crujir. Ningún otro sonido, ni voces, solo permanecía aquella inquietud, una enfermiza necesidad por descubrir aquella algarabía de mensajes que no sabía cómo descifrar. No era inteligente, quizá algo resuelta, avispada, incluso intuitiva, pero ésto, se le escapaba a su entendimiento. Estaba fuera de toda posibilidad, imposible encontrar un sentido, un camino que le sacara del laberinto......

Recordará hasta el fín de sus días aquella mañana escarchada. Eran las 7.10 cuando abandonó el portal, las voces se entrecortaban,cruzó la calle y no las reconoció."dolor, mucho dolor". El primer escalón bajo tierra, no eran suyas las voces, otro peldaño, no eran sus expresiones. Llegó al andén y las voces inconexas,continuaban en su cabeza, llegaban de algún otro lugar y parecían no querer marcharse. El desconocimiento se tornó en inquietud y ésta en temor: "Solo tú podrás evitarlo"; "no entres". "Los números solitarios, los últimos serán los primeros" "Un oscuro pozo, no caigas"."el lugar del 4 es la clave". "llantos".
Debía escuchar aquel griterío comiéndole las entrañas o acabaría tirándose a las vías. De repente, las frases, ensordecedoras,perdiendo fuerza, como si se alejaran. Abrió los ojos y pensó: "Aquí y ahora,algo va a ocurrir". Se paralizó frente al coche, esperando lo peor. El sonido metálico de unas ruedas flirteando sobre hierros, acalló las voces. Dentro del vagón,observó una niña con sus coletas, sentada frente a una mochila que alguien olvidó. Las puertas se cerraron, su cuerpo inmóvil sintió el sonido del timbre y el tren comenzó alejarse, como a cámara lenta, vislumbró el número del coche; 4. Escuchó a una mujer que corría, aunque tarde, al tiempo que hablaba por el móvil;"Lo siento, de verás hija. Tendría que haber quedado contigo en la siguiente estación. Acabo de perder el tren. Sí, cógelo y nos vemos en la oficina. Hasta ahora, cielo".
Su corazón palpitó con más fuerza esperando que algo inesperado ocurriera todavía, pero nada ocurrió. Miró su reloj 7.33. Había perdido su tren, llegaría tarde a la oficina.
Despertó de su catarsis y esperó los 5 minutos que indicaba la pantalla electrónica que pasaría el siguiente comboy. ¡Qué estupidez! sonrió para sus adentros y respiró sacando desde lo más profundo todas sus inquietudes y sus miedos. Silencio en su mente, nada. Tenía una gran imaginación, sin lugar a dudas, debería haberse dedicado a escribir literatura barata. Un goteo de personas iban apareciendo en el andén hasta llenarse de gente. Mientras se perdía en sus pensamientos, también perdió la noción del tiempo, pero sin duda, sobrepasaba los 5 minutos de la pantalla. Miró de nuevo su reloj, 8.45. La hora punta abarrotó de bolsos intransferibles,caras soñolientas, trajes impacientes y móviles parlantes toda la estación. Se escuchó una voz en off;"Señores pasajeros: por avería, todos los recorridos de cercanías quedan cancelados. Una vez subsanada, reactivaremos el servicio a lo largo de la tarde. Autobuses interurbanas les conducirán a sus destinos. Disculpen las molestias".
¡Qué contrariedad! pensó. Ahora tardaría un siglo en llegar al trabajo, tendría que inventar una excusa razonable. El daño ya estaba hecho, de cualquier forma, no llegaría a su hora. Así que, compró el diario de la mañana y entró en la cafetería del barrio. Pidió un desayuno mientras leía las noticias. Todavía no había ojeado la portada cuando comenzó a escuchar sirenas de ambulancia y un par de coches de policía recorriendo vertiginosamente la avenida. "Tan temprano y ya ha habido algún accidente, la gente va como loca, "Pensó sin inmutarse demasiado.
Saboreó el primer sorbo de un oloroso café, de fondo, el replicante sonido de bocinas del SAMUR, escuchó una voz que reconoció de antes, era la mujer que perdió el tren, hablaba de nuevo con el móvil: ¿Sabes si tu hermana ha llegado ya a Atocha?, Cuando hablé con ella, estaba esperando en el pozo, y ahora no me contesta.
Una rutinaria conversación entre una madre y un hijo que no le impidió comenzar a leer, si no fuera por la palabra, el pozo. Sintió un pequeño escalofrío pero,no quiso rememorar la angustia y se dispuso a destripar el periódico, como siempre, por los titulares. En la esquina superior, la fecha....
11 de Marzo del 2004.

Comentarios

Rebeca Gonzalo ha dicho que…
He visitado tus otros dos blogs además de éste y veo que te entusiasma escribir. He llegado a ellos a través del blog de oski. En mi foro andamos escasos de gente y me gustaría que formases parte de aquello participando en los retos de relatos, microrrelatos o poesía. Te invito a que nos conozcas en:
www.abracadabra-nuncajamas.com
Anónimo ha dicho que…
Una vez más Ely me dejas temblando por dentro. Hay tanta pasión en lo que escribes, tanta imaginación, tanta perfecta descripcion que una realmente se trasalada a otros mundos a partir de tus letras. Piso ese andén, escucho esas voces y tiemblo con lo que está por llegar...¿te dije alguna vez que me encantas? pues era verdad!!! Un beso enorme amiga!!! Te quiero mucho!!!
Y a seguir creando porque tú...das vida, en todos los sentidos :)
Historias entre Fogones ha dicho que…
Muchas gracias a los dos. Favole, me encantas y me transmites mucha fuerza y energía para continuar imaginando.
Óscar Sejas ha dicho que…
Hola Ely, llego tarde, pero llego.

El 11 de marzo de 2004 yo tenía 17 años casi recién cumplidos. Recuerdo que ese día entraba una hora más tarde al instituto y cuando llegué a la puerta había un cierto revuelo. Escuché palabras sueltas: bombas...trenes...muerte...

Unas horas después sonó una sirena...esa que solo sonaba cuando había algún atentado y todos juntos salíamos al patio para guardar silencio. Serían más o menos las 12, a esa hora se hablaba ya de más de 100 muertos...

Creo que nadie se explicaba ni se explica todavía lo que pasó ese día. Nuestra ciudad había sido golpeada en lo más profundo y nosotros, aunque no estuvimos allí, también íbamos en esos trenes. Algo murió en mi y en mucha más gente.

Leer esto me hace recordar las sensaciones que tuve ese día. Me acerca nuevamente a esas personas que ya no están y que con tranquilidad se dirigían a sus quehaceres diarios. Me hace no olvidar.

Gracias.
Soraya ha dicho que…
¡¡IMPRESIONANTE!! Es lo único que puedo decirte. Me ha gustado mucho tu entrada aunque el contexto del tema sea tan triste.
Mis mas sinceras felicitaciones por tu blog, ya veo que tienes buena mano con las letras. He apuntado tu blog para enlacarte en el mío y no perderte la pista!! =) Un abrazo.
Tropiezos y trapecios ha dicho que…
Tan solo pasaba a dejarte un abrazo más grande que el universo mi preciosa alma :) Muuuuuaaa!!! Se agradece tanto el revoloteo de tus alas por nuestro circo de tres pistas... Te quiero mi bella!!! :)
Favole