DIFERENTES PUNTOS DE VISTA.


- Parece que llueve.
- Yo no veo ninguna gota que advierta el aguacero.
- Siento la humedad en mis huesos, el olor a tierra mojada....
- El cielo está despejado, incluso hace sol.
- No estoy mirando aquí arriba. Estoy observando más allá, en el horizonte y sin ninguna duda siento como se acerca la tormenta.
- Bah! yo no me preocuparía. No ahora. Está demasiado lejos, no creo que llegue hasta aquí.
- Pero yo no puedo dejar de examinar aquellas nubes. Noto cómo se retuercen,cómo se vuelven densas, pesadas y se hacen cada vez más grandes.
- ¿Por qué te preocupas tanto? puede que ocurra o no, mientras te ofuscas en vaticinar lo impredecible, estás perdiéndote este día maravilloso, no disfrutas la calidez de este cielo, ni sientes el sol en tu piel, ni siquiera escuchas el trino de los gorriones que advierten la llegada de la primavera.
- No puedo evitarlo. Irremediablemente me preocupa mucho más la tormenta y sus consecuencias. Deberíamos proteger todo lo que podamos perder. Permanecer cerca de algún refugio. Si continuamos inmóviles, disfrutando impasibles esta mañana primaveral, probablemente esta tarde agarraremos un buen constipado.
- ¡Señor! no cambiarás nunca.Ahora lo sé. Quizá sea el momento de buscar otras opciones. Quizá debas continuar el camino que te lleve al refugio donde mantengas a salvo lo que tanto te importa.
- ¿Tu crees? ¿Te quedarías aquí, solo? ¿ A pesar de saber que la tormenta va a llegar irremediablemente? la tarde pronto oscurecerá tu azulado cielo y la noche llegará fría y silenciosa,
- Aún así...correré el riesgo. Ahora soy feliz, estoy donde quiero estar. Sería absurdo perder un momento único por una probable circunstancia adversa. ¿Porqué esperar lo peor? algunas décimas de fiebre, frio en los huesos.....tan solo conjeturas. Sin lugar a dudas, escojo este instante.
- Esta vez me voy, nunca más voy a jugar a tu juego. Estoy cansada de mi papel, hastiada de recoger los cristales rotos. Si te quedas, esta noche no pretendas que seque tus ropas y caliente tu almohada.
- No soy consciente los cristales que has recogido y no todos los he roto yo. De cualquier forma, nunca te pedí que lo hicieras, ahora tampoco. Esta noche no sé donde estaré, pero contigo o sin tí, encontraré la luz que me lleve a un lugar en el que nadie almacene mis trapos sucios, un lugar sin condiciones, tan solo una puerta abierta y una chimenea encendida.....
- Cuando te enfrentes a esa puerta, estoy segura que nadie encontrarás al traspasarla. La soledad será tu única compañera en este viaje sin retorno.

Sus ojos se encontraron y una última sonrisa alertó la despedida.
Si la distancia y el tiempo lo permitían, podrían volver a encontrarse.
En cualquier caso, uno continuaría gozando de una mañana maravilloso mientras el otro aseguraría la calidez de una noche de sábanas blancas.
Un presente que evitaba al mañana y un mañana que nunca disfrutó de su presente. Todos los extremos son extraños y nocivos. La felicidad, incluso el éxtasis se encuentra en el término medio.
Probablemente cuando lo descubran será, al menos para ellos, demasiado tarde.
Tan solo recuerdos perdidos, distancias que confunden y mares demasiado profundos.

Comentarios

Tropiezos y trapecios ha dicho que…
Existe una cosa a la que llamamos destino, pero también existe lo que conocemos como libre albedrío. En efecto, la verdad de la naturaleza humana se encuentra en el equilibrio de esas dos contradicciones aparentes. Se puede bailar bajo la lluvia, se pueden recoger los cristales rotos una y mil veces, se puede uno retirar a una confortable cama, buscar refugio...realmente, puede que no se trate de extremos, ni de puntos de vista...sino que lo importante sea que nos queramos lo suficiente para hacer todo o nada...y que nos dé igual, el cómo y el cuándo. Me gusta pensar que nunca es demasiado tarde amiga. Te dejo un beso inmensa preciosa!!! Como siempre: me ha ENCANTADO :)Sí, en mayúsculas.
Favole
Historias entre Fogones ha dicho que…
Gracias. Tus comentarios me encantan y me animan a continuar imaginando.