MI MONÓLOGO



Dias negros, noches tristes, semanas llenas de monotonía, y un año y otro...... y ya no sé què más decirte, cómo hablarte para que me escuches.
Grito.
Te grito tan alto como puedo, pero mi voz está tan dentro de mi alma y tan lejos de tus pensamientos, que ni siquiera oyes el eco de mi clamor.
Yo necesito despertar cada día con una ilusión, tu quieres vivir tu realidad.
Me siento viva rodeada de música, la misma que te altera.
Siempre defensora de causas perdidas, tú jamás complaciente con mis anhelos.
Soy consciente que demasiado habitualmente vuelo a mi cielo y me pierdo en mi estrella donde todo es posible. Tu, con los pies bien atados a tu tierra, te asientas entre rugidos de motores y mesas de restaurantes sin velas.
Y a pesar de esta invariable realidad, no hace tanto, sentía esta canción tan mía....
¿Sabes? Necesito esperanzas, alegría, vivir la felicidad de mi gente, las risas de mis hijos y en cambio, cada vez estoy más segura que vivo únicamente con mi soledad. Porque somos la noche y el día, todas estas pequeñeces que engrandecen mi vida, a tí te alteran y te irritan. Todo lo que para mí es un placer, es para tí una obligación.
Quizá nunca nos entendimos, nunca supimos intercambiar papeles y vivir en el pensamiento del otro. Aunque mi conciencia está tranquila porque solo yo sé cuánto lo intenté.
Pero estoy tan cansada de estrellarme siempre con la misma y sorda pared de ogullo y de incomprensión.
Hoy voy a imaginar un mundo en el cual me sienta como en mis sueños, feliz, segura de mí misma, sin presiones, ni miedos.
Ya está, acabo de despertar y estoy frente a tí y esta vez soy capaz de pensar en mí, esta vez no voy a sentirme culpable por bailar y reir y salir y entrar, no sentiré ni un atisbo de culpabilidad por ser feliz sin tí. Porque ¿Sabes què? el amor hacia el otro es intuir otras formas de amar y percibir otras necesidades, es anteponer sus sentimientos a los tuyos. Pero instintivamente siempre te interesó solo tu vida, tus gustos, tus amigos, tus aficiones y .......que yo estuviera ahí, sin más.
Y lo peor es que sé con toda seguridad que la culpa ha sido mía, demasiado tiempo callada y ausente, pensando que adivinarías que al lado izquierdo de tu cama dormía una soñadora que cada día necesitaba sentirse especial con tus comportamientos, una mujer que necesitaba reir contigo, alguien con quien compartir algo más que caricias mustias, imaginaba noches de pasión y solo sentía días de prisión.
Soy una pantera salvaje, que no reconoce su condición por nacer y crecer entre barrotes. Encerrada en un lugar que no le corresponde, incapaz de escapar, de vivir en libertad pero en lo más profundo de su ser, siente que ese lugar no es el suyo.
Y sin saber cómo ni porqué necesita huir lejos, perderse en lugares desconocidos, conocer otras vidas, nuevas pasiones.
Y a pesar de todo, te necesito tanto, todavía hoy, valdría la pena olvidar tantos desconsuelos y decepciones si escucharas mi grito.
Ya no quiero reir las alegrías de otros, vibrar con las experiencias de otros.
Estoy segura que no me equivoqué, un dia lloré de felicidad. Pero el tiempo no perdona y, en algún lugar del viaje, comenzaste a deambular solo.
Dejaste de sentir mi caminar. Olvidaste que yo me retrasaba, cada vez más despacio, cada paso más lejos del tuyo. Siempre esperando que voltearas la cabeza y al no encontrar más que una figura opaca, borrosa, muy pequeña en tu horizonte, sintieras la necesidad de ir en mi busca, cogieras fuerte mi mano y retomáramos el sueño juntos.
Pero, ya continuo en este horizonte demasiado tiempo, perdida en esa linea del camino. Anhelando tu mirada, percibiendo tu miedo, siquiera algo de inquietud por no verme, esperando que te sientas un poquito perdido, lo suficiente, para deshacer el trayecto recorrido y rescatarme de la soledad.
Solo espero de todo corazón que si alguna vez llegas hasta mi estrella, allí donde un día me senté a esperarte, no sea demasiado tarde...

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