DIVAGACIONES DE UNA MADRE CON.....EITANTOS AÑOS.

En noches claras, estrelladas, me dejo seducir por la luna, y como si me inspirara la luminosidad de los rayos selénicos, comienzo a divagar.
Concretamente, esta noche, un efecto hipnótico me ha trasladado a lo más profundo de mi ser, mostrándome el egoismo involuntario en el que cualquier madre podemos caer, viviendo en la creencia de que somos los dueños del destino y la vida de nuestros hijos, cuando, simplemente, los hemos traido al mundo. Y ¿a qué mundo? no es el pais de las mil maravillas, ni de cuentos, ni de hadas. Les ha tocado existir y luchar en un mundo repleto de complicaciones, plagado de peligros y fascinante al mismo tiempo. Dos caras de la moneda, y distintas maneras de afrontar una vida que nunca pidieron. Y aquí comienza mi periplo como madre. Siento un sobresalto porque el futuro de aquel milagro, salido de mis entrañas, está en mi pericia para afrontar los desafíos, en la lucha constante conmigo misma, en mi esfuerzo por encontrar unas bases sólidas y desinteresadas sobre las que crezcan y sobre todo debo comprender desde el mismo instante en que los tuve entre mis brazos que mi labor es enseñarles a ser consecuentes con sus vidas. Somos responsables de ellos mientras que son niños, estamos obligados a tenderlos la mano, pero no somos sus dueños, ni podemos pretender que sean lo que nosotros nunca fuimos.
Y absorta en el cautiverio de esta fascinación lunática, he adivinado que el verdadero sacrificio de una madre es comprender y aceptar las decisiones de nuestros hijos, es educar sin prohibiciones, es dialogar, porque la ética de un comportamiento nunca se impone, ética que debe empezar por nosotros mismos. No vale para unos sí y otros no, ni "porque lo digo yo". Debemos permitir que elijan sus aciertos y sus errores, preparándolos para aceptar las consecuencias de esta elección.
Y qué difícil es dejaros ir sabiendo que os váis a caer.
Qué ternura una vez en el suelo, tenderos mi mano y sentir cómo me la apretáis.
Qué orgullo disfrutar de vuestro vuelo, y cuando alcancéis la luna, allí permaneceré, distante, prudente pero satisfecha con vuestro triunfo, disfrutando de tantas experiencias maravillosas.
Sin lugar a dudas es éste el mayor de los sacrificios, comprender que, vosotros, mis hijos, nunca me habíes pertenecido. Aunque sois parte de mis entrañas y por este vínculo tan especial, no puedo exigiros que actuéis, penséis o viváis como yo.
Mi meta, demostraros con mas hechos que palabras (un poco complicado en mi caso), que siempre estaré aquí, pero que nunca intervendré en vuestras vidas, ni limitaré vuestras pasiones, ni sentimientos, y mucho menos, vuestros sueños.
Porque me guste o no, esté de acuerdo o radicalmente en contra, se trata de vuestra vida.
Qué complicado es......
Yo, que os he acunado, cantado, llorado y velado. Soy yo, que todavía llevo impregnado en mi piel el olor a inocencia de antaño, la que debo pasaros el testido de vuestro tiempo.
Difícil posición la mía, ahora en un segundo plano, aprendo y os dejo manejar vuestras equivocaciones.
Qué agotador tolerar vuestras posturas tan diferentes y al mismo tiempo tan iguales.
Qué maravillosa dicha penetrar en tus ojos y reconocer tanta felicidad, todas esas ansias de vivir, de luchar por lo que crees.
Qué felicidad saber, ahora sí, que aquellos felices niños son hoy, adultos con una meta muy definida, seres genuinos que lucháis cada día por conseguir ser vosotros mismos,y no influenciados por lo que nosotros quisimos ser alguna vez. Adultos que habéis aprendido a levantaros desde el abismo más profundo, que nunca malograréis la vida con frustraciones impuestas desde niños.
Mirando a la luna, soy tan pequeña, tan imperfecta. Y desde el mismo instante en el que asumo mis errores, también aprendo a disculparme.
Hoy sé, que sentarme frente a vosotros, miraros a los ojos y reconocer que me he equivocado os engrandece como personas.
Sé que dialogar con vosotros hasta decir ¡basta! y aceptar tantos consejos me ha convertido en alguien mucho mejor.
Sé, que sin mis enseñanzas y vuestros consejos nunca hubiéramos vivido de esta manera, ni hubiéramos sido lo que hoy somos.
Y por último, sé que tanto amor incondicional y sacrificios que han fluido en las dos direcciones, nos han acercado a una dimensión casi perfecta, a esa faceta de nuestra vidas en la que el esfuerzo por comprendernos dia a dia ha ejercitado un corazón enorme,tan grande, que todos y cada uno tenemos un lugar único e intranferibe y en el que la culminación del respeto mutuo ha convertido nuestro cariño en inmortal.
Hoy por fín he entendido el significado desinteresado y generoso de ser madre.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Y todo esto mirando a la luna :D
¿Qué puedo decirte? Gracias por dejarnos caer y tendernos la mano para ayudarnos y por taitantas cosas más que sabes de sobra.

te quiero mami