MAGIA EN EL AIRE


Y de repente, un soplo de aire con sabor a mar y aromas de jazmín, invade toda la sala.
Todos los allí presentes, inhalan aquel aroma, saborean y sienten con tal fuerza el estallido de sonido, color y sabor, que sus corazones se escapan del pecho.
Sus mentes vuelan aterrizando en un paisaje repleto de mariposas mágicas, decoradas con extraños colores que desplegan sus brillantes alas, iluminando cuerpos cómplices, desperezando ilusiones, abrazando esperanzas.
La fuente mágica brota en el aire transformando el oscuro lugar en un radiante bosque.
La gran explosión surge a la vuelta del camino: una nube de mariposas azuladas se extienden sobre la espesura.
A lo largo del camino imaginario , racimos oscuros suspendidos en los extremos de las ramas, liberan millones de mariposas.
El sonido de sus aleteos evocan una sinfonía que marca el ritmo con cada paso, recordando el rumor de las hojas movidas armoniosamente por un viento seductor.
Surge una gran destello que ilumina cada pequeño rincón de todos aquellos corazones hechizados. El encantamiento se respira en el aire, se percibe por todas partes. Por encima de nuestras cabezas y sobre los árboles que protegen el camino, emergen millones de tornasoladas alas y sus enjambres son tan densos que a veces no permiten ver la luz del sol.
A medida que aumenta la fuerza de los rayos del sol, las imágenes rememoran otros vuelos que se solapan como uno solo. Las cortezas en los troncos comienzan a temblar y todas las maravillosas mariposas danzan con aleteos acompasados antes de despegar, de iniciar un singular vuelo musical. La magia transforma aquellas alas, y en el aire, aparecen hadas seductoras que transmiten intensidad en cada mirada, complicidad, esfuerzo. En un instante, privado e inaccesible, cruzan sus miradas y son conscientes de ser las únicas artífices de la creación del bosque mágico.
La cautivadora espesura de sonidos y movimientos ha comenzado a arder, provocando las exclamaciones emocionadas de todos los que han sido encarcelados en su magia, contaminados de aquella atmósfera melodiosa y musical.
El lugar se torna más espeso, la presión del aire es casi insostenible y todas las miradas están ensimismadas con aquellos movimientos, con esas sonrisas de alegría, llantos de emoción, miradas de asombro, manos enlazadas que denotan nerviosismo, piernas cruzadas, sentimientos encontrados, una solo cuerpo, una única emoción.
Hoy menos que nunca, son necesarias las palabras, ni los agradecimientos, ahora es momento de sentir la música al unísono, de envenenarse con una explosión de emociones, como si un solo corazón moviera el aleteo de todas ellas.
Cuando la temperatura se dulcifica, las mariposas completan su maduración y retoman la ruta que les llevará de nuevo allí muy pronto. En el camino de vuelta, esta generación de artistas se crea y se perfecciona. Para entonces, habrán vivido tantas vidas, tantas emociones más que las demás mariposas, que tendrán la sensación de alcanzar una longevidad sorprendente, casi inmortal teniendo en cuenta que el resto de los mortales no suelen sobrepasar la monótona realidad de una única vida.
En nombre de todos los que vivimos esta magia una tarde de Junio, en nombre de todos los que fuimos por un instante inmortales,
¡¡¡GRACIAS!!!.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Gracias a vosotros por estar allí, por emocionaros y disfrutar con nosotras. Sin vosotros aquello no podría haber sido posible.