COMPLICIDAD

Complicidad.....
Tan solo sus letras ya tienen un significado propio. No se molestan las unas a las otras, no interfieren en sus caminos, pero sus esbeltos trazos, se observan, se entienden sin palabras, se entrelazan solo con sus gestos.
Los puntos sobre las "i", no se juntan pero se sienten, se acarician alertas y vigilantes. Saben que, aunque aisladas por la media luna, no son nada la una sin la otra. Las "D", emancipadas, como plantando cara al devenir, ambas con un mismo objetivo. Un constante fluir de sentimientos tan iguales y tan alejados. Si no fuera por esa "M" puñetera, larga, interminable, como infinita que no acaba de unir lo que parece tan evidente.
Aunque todo depende del cristal con que se mire, ya sabes, "lo del vaso medio lleno o medio vacío". Te propongo que observes el vaso medio lleno y mires a través de un cristal transparente. Quizá, frente a tí, observes ese puente tendido, esperando siempre a que lo cruces, paciente, inalterable, confiando. Acéptalo tal y cómo es.
Efectivamente, a estas alturas del camino, el cansancio hace mella y la moral está por los suelos, parece que llegas al último trazo y otro obstáculo. La "P", abrupta, casi infranqueable, como un muro opaco, un abismo insonorizado y vertiginoso . Vuelves a dudar, te domina el terror, parece el final de aquello que nunca comenzó. Es, en estos momentos, donde tienes que sacar fuerzas de flaqueza, no pierdas la perspectiva, no mires hacia abajo, otea la vista al cielo y ¿qué encuentras? la "L", abierta al infinito, sin muros, ni paredes. Ahí la tienes, esperándote, tu Everest, con el aire más limpio. Escala tus miedos y tus indecisiones y habrás tocado el cielo. El paisaje alcanza hasta donde se pierde tu imaginación. Desde el risco, no habrá recelos, si acaso, algo de vértigo por adivinar el significado que conforman cada uno de esos trazos. Y el recuerdo se vuelve perezoso, se pierde en una memoria que asciende la pendiente. Cada paso te acerca irremediablemente a otro latido, sítoles y diástoles tan parecidos a los tuyos que te incitan a continuar hasta la extenuación. Alcanzando el final del camino, las dos "I", las dos "D", vibran acompasadas. A pesar de atravesar un camino largo y difícil, han conseguido alcanzar la cima, conscientes de su complicidad. Ese momento es un círculo en el tiempo infinito, donde perduran los sentimientos, una ola constante en la que se reafirman el uno en el otro, sin ni siquiera conocerse, tan solo percibiéndose entre la espuma.La complicidad es encontrar unos ojos entre toda una multitud , escuchar una voz en el fragor de la batalla, regalar una sonrisa en el tumulto y ser correspondido sin juicios ni prejuicios. Cómplices de sueños, de esperanzas, de atardeceres y amaneceres. Te busco entre sus ojos y no te veo, pero las nubes se irán y darán paso a un rayo de sol que iluminará nuestros miedos, nuestras indecisiones. El riesgo, también, es parte de esta conjura nuestra. Quizá ha llegado el momento de pasar a la acción, saltar desde allí arriba. Después de todo, no vas a perder lo que no tuviste, y en cambio, puedes tener lo que nunca perdiste. Necesito un señal que solo tu y yo podamos percibir y en ese momento, me lanzo al vacío con la seguridad de que tú estarás esperándome.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Sólo puedo decirte una cosa. Me encanta..
Historias entre Fogones ha dicho que…
gracias cariño. Me da mucha rabia no poder comentarte. No se porqué ocurre con tu blog porque a Manu si puedo. TQ! y ponte buena porfa. me parte el alma verte tan triste.