Como un viento furtivo, inevitable, como respirar o soñar o imaginar, se coló entre los entresijos de su alma. Se fundieron piel con piel, mente y corazón, pasión y esperanza y sus ojos se empaparon de un ayer apelmazado en la comodidad de la monotonía. Abandonó su realidad para caminar por sus sueños. Controló sus miedos abriendo puertas y cerrojos oxidados y se enfrentó a su soledad.
Nada fue programado, nadie pensó que ocurriera.
Tan solo una mirada destronó un reino sin luna, derribó las murallas de cristal que le mantenían como espectador, silenciando sus lamentos.
Le regaló una sonrisa que transformó su mundo, iluminando sus noches.
Y por fin aquellas frases melódicas, acompasadas con el ritmo de su ser, le convencieron....
Tenía derecho a ser feliz....
Experimentar ese instante mágico...
Disfrutar del misterio de lo impredecible..
Descifrar la inmensidad de las pequeñas insignificancias...
Y susurró sus sonrisas y sus lamentos....
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento...
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo.
No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo
Enterrar tus miedos,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo
y te salvas ahora
y te llenas de calma
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo.
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños....
Y fue entonces cuando supo que estaba muerto y desde aquel momento,resucitó.
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