Creo firmemente que cada persona tenemos nuestro ángel de la guarda. Tiene muchos nombres y se aparece en infinidad de formas y circunstancias: Gabriel, Motivación, Esperanza, Destino, Ilusión, Estrella, Fé, Inspiración, Emoción.....
Si somos capaces de escuchar esa voz que nos susurra al oido, que parece emerger directamente de nuestros pensamientos, si, a pesar del nombre o de nuestras creencias, no dejamos de escucharla, si seguimos sus consejos que son nuestros instintos, entonces convertiremos nuestras intuiciones en verdades inexplicables que, casi siempre son premoniciones amparadas por nuestro ángel.
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